
Nadie piensa en la guerra… hasta que está en la puerta de casa.
El tiempo para reaccionar es cuestión de minutos. El tiempo para prepararte es ahora.
No hubo advertencias. No hubo sirenas. No hubo tiempo.
Cuando el 24 de febrero de 2022 las primeras tropas cruzaron la frontera ucraniana, las ciudades se paralizaron en cuestión de horas. Los supermercados se vaciaron. El agua dejó de correr. La electricidad desapareció. Los hospitales, saturados. Y el miedo, ese miedo pegajoso que paraliza, se extendió como una sombra entre las calles vacías.
Hoy, la OTAN no habla de "si pasará". Habla de cuándo y dónde. Los conflictos híbridos (que combinan ciberataques, guerra convencional y sabotaje civil) han cambiado las reglas.
Ya no son los soldados los primeros en caer. Son los civiles que no se prepararon.
¿Qué pasa cuando el sistema desaparece?
El colapso no siempre empieza con explosiones. A menudo empieza en silencio: Cajeros que dejan de funcionar. Supermercados que cierran. Semáforos apagados. Pequeñas grietas que en cuestión de horas abren un abismo.
El primer objetivo de cualquier ataque moderno es cortar comunicaciones y suministros. Porque cuando la población no puede coordinarse, ni informarse, ni abastecerse, el sistema cae sin necesidad de un solo disparo.
¿Cómo actúas cuando no puedes llamar a nadie? ¿Cuando la policía no puede acudir? ¿Cuando los hospitales no pueden recibirte?
La respuesta está en lo que hayas hecho antes del primer fallo, no después.
Tu refugio: fortaleza silenciosa
La primera decisión crítica es simple: resistir o moverte.
Si decides resistir en tu vivienda (y si las condiciones lo permiten) tu casa debe convertirse en una fortaleza discreta.
Olvida las películas: no necesitas búnkeres ni trampas. Necesitas:
Espacios alejados de ventanas, reforzados si es posible con muebles.
Fuentes autónomas de información: una radio de emergencia multibanda se convierte en tu línea de vida.
Iluminación que no delate tu posición: faroles LED tenues, linternas de luz dirigida, nunca luz brillante que escape a través de cortinas.
Suficientes recursos para subsistir durante al menos 7 días: agua, comida lista para consumir, medicamentos esenciales
Además deberás intentar mantenerte informado a través de la radio, es posible que se produzcan cortes tanto en las redes móviles como en la radio, la televisión...etc, pero la información es crucial, por lo que necesitarás un transistor que funcione a pilas.
Aunque nunca se sabe a ciencia cierta si los dispositivos móviles serán funcionales en estas situaciones, la mejor opción es tenerlos siempre a mano, por ello también os recomendamos baterías externas, tanto para los móviles, como para la radio (Si fuese también recargable), como para la iluminación.
En casa deberás tener siempre comida no perecedera o bien comida MRE (raciones de comida militar) y agua potable al menos para los primeros días, aunque como veremos a continuación un filtro de agua o pastillas potabilizadoras es la mejor opción.
Casi nadie lo menciona, pero una de las causas por las que es más probable poner la vida en peligro es el frio, por lo que haz acopio de mantas de lana, guardan muy bien la temperatura.
Mientras el mundo se sacude afuera, el objetivo es claro: ser invisible y autosuficiente.
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En conflictos civiles, el acceso al agua potable es lo primero que se pierde.
Los sistemas de bombeo fallan. Las fuentes públicas se contaminan. Las tiendas son saqueadas o cerradas.
Un filtro de agua personal no es un lujo: es supervivencia básica.
En ciudades bombardeadas, civiles sobrevivieron bebiendo agua recogida de canalones, fuentes sucias, charcos.
Con un buen filtro portátil puedes convertir agua potencialmente mortal en agua segura en minutos.
La alimentación sigue la misma lógica: compacta, ligera, nutritiva.
Las raciones MRE militares o los kits de supervivencia alimentaria te permiten mantener energía sin necesidad de cocinar ni usar agua adicional. Sin embargo los paquetes de comida liofilizada o de emergencia no son nada baratos, si tienes la posibilidad te recomendamos comprarlos, pero también ten en mente alimentos no perecederos o con caducidad extendida como latas de conserva (el problema de esto es que suelen pesar mucho).
Medicinas: antibióticos básicos, antiinflamatorios, vendas, desinfectantes. En guerra, una herida menor puede ser letal si no tienes cómo tratarla.
Si puedes prever el colapso, almacena todo antes de que los estantes estén vacíos. No confíes en conseguir suministros una vez que empiece.
Agua, alimentos, medicinas: autonomía de vida
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Seguridad: invisible y rápido
La seguridad en guerra no se basa en la fuerza. Se basa en no ser visto. Intenta salir sólo para lo esencial, especialmente si tu ciudad o municipio se encuentran ocupadas o en el frente de guerra y no te han evacuado. Desgraciadamente en la guerra las cosas dentro de la población civil se complican y tu enemigo puede ser cualquier persona.
Ropa táctica discreta: oscura, sin logos, transpirable. Esto es recomendable, es importante que no sea ropa de militar ni nada que llame la atención, debes vestirte y actuar acorde con todos los demás evitando destacar. Es interesante disponer de algunas prendas térmicas, recuerda que el frio puede ser un enemigo letal. En este caso no te vamos a poner productos recomendados porque depende mucho de el presupuesto y de lo que prefieras pero te recomendamos:
Prendas térmicas
Prendas de lana (conservan muy bien el calor y evitan olores)
Cortavientos
Chaquetas tipo plumas pero sintéticas (si la pluma se moja pierde sus propiedades)
Mochila táctica compacta: en ella puedes incluir la mayoría de las cosas que te hemos recomendado o lo esencial si evacuas tu ciudad, no compres una mochila demasiado grande ya que no estarás acostumbrado a cargar con tanto peso, sabemos que es tentador, pero es mejor llevar menos y llegar más lejos
Cuchillo multifunción: para abrir alimentos, construir refugios improvisados, defenderte si no queda otra opción.
Evitar ser detectado es la clave. Un civil prudente y discreto tiene muchas más posibilidades de sobrevivir que alguien que intenta aparentar fuerza.
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Evacuación: el último recurso
Evacuar no es un fracaso. Es una decisión táctica.
Pero evacuar en conflicto requiere preparación milimétrica:
Conoce rutas secundarias de antemano: grandes carreteras serán zonas de control o enfrentamiento.
Viaja ligero: si no puedes correr con ello, no lo lleves.
No viajes solo si puedes evitarlo: los grupos pequeños tienen más opciones de apoyo.
Lleva siempre un plan de destino: un refugio identificado previamente.
Evacuar no es sólo moverse. Es sobrevivir durante el trayecto.
Supervivencia mental en entornos hostiles
Cuando las noches se suceden y no hay electricidad, ni comunicación, ni garantías de seguridad, la mente se convierte en tu principal arma... o tu peor enemigo.
Rutinas diarias: mantener una estructura da estabilidad en el caos.
Pequeñas metas: purificar agua, comprobar el equipo, preparar raciones.
Control del miedo: respiración controlada, visualización de opciones, comunicación constante si estás en grupo.
Los conflictos no sólo destruyen edificios. Destruyen personas desde dentro.
Resistir es, sobre todo, resistir mentalmente.

















